Para Ramón Antonio de la Rosa Nuñez
Para ti, Ramón, la vida fue una diversión, una fiesta, un pasa rato, una sonrisa lanzada al viento como flecha dispuesta a endulzar corazones.
La vida fue para ti una salida y puesta de sol, una bocana de pensamiento, un rutilar por las calles, a veces sin un destino fijo.
Para ti, los planes surgían y culminaban con los rayos de sol; empezaban y morían como inició y culminó cada esperanza que dejaste sembrada en muchas almas ajenas.
Tu buen ánimo ya no se asomará por las puertas de los tuyos, dejabas tus huellas en cada persona, mientras tú presencia se esfumaba como un suspiro.
Así te fuiste, solo, preocupado y angustiado. En una soledad que solo tú conociste y no quisiste compartir con nadie. Quizá dejando que el tiempo la llevara por algún destino.
En el más allá te veremos tus hijos, hermanos, sobrinos, primos, amigos, compadres y todo aquel que con tu alegría contagiaste.
Dios te guarde un lugar especial, te sane las heridas que acumulamos todos los que él le da la oportunidad de pasar por esta tierra.
El Todopoderoso guarde tu alma, descanse en paz Ramón Antonio de la Rosa Núñez. Tus hijos, hermanos, sobrinos, tías y primos te amamos para Siempre.
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